Si bien es cierto este blog lo
inicie con el propósito de relatar temas de interés desde la perspectiva de mi
experiencia, considero importante comentar algunos conceptos que me ayudaron a
clarificar mis ideas y obtener buenos resultados, como es el caso de la
inteligencia emocional, la cual aun sigo desarrollando y en general considero
que su desarrollo nunca termina.
Se habla mucho de inteligencia
emocional en estos días, y su importancia para algunas organizaciones, además de
como se encuentra ganando terreno como elemento para decidir la contratación de
nuevo personal frente a la inteligencia intelectual.
La inteligencia emocional
forma parte del grupo de las habilidades blandas (Entre las más buscadas figuran las habilidades comunicativas y de relacionamiento, la creatividad, la
capacidad de trabajar en equipo, la responsabilidad y el compromiso)
y la inteligencia intelectual comprende las habilidades duras (todo el
conocimiento académico curricular obtenido durante el proceso formativo
formal).
Es importante conocer que las
inteligencias múltiples se producen en diferentes partes de nuestro cerebro, y
es así que existen autores que dividen el cerebro en 3 partes, y los denominan:
cerebro reptiliano, cerebro límbico y cerebro neocórtex.
El cerebro
reptiliano, regula las funciones fisiológicas involuntarias de nuestro
cuerpo y es el responsable de la parte más primitiva de reflejo-respuesta. No
piensa ni siente emociones, sólo actúa cuando nuestro cuerpo se lo pide: control
hormonal y de la temperatura, hambre, sed, motivación reproductiva, respiración
El cerebro límbico, almacena
emociones y recuerdos. Las funciones y las motivaciones que se generan en este
cerebro son: el miedo, la rabia, tristeza, felicidad, el amor maternal, las
relaciones sociales, los celos y muchos más, también se encuentran las
reacciones de atacar o huir.
El cerebro neocórtex o
cerebro racional, nos permite tener conciencia y razonamiento, a la vez
que desarrolla las capacidades cognitivas: memoria, concentración, auto-reflexión,
solución de problemas, comportamiento, entre otras.
Otros autores agrupan el
primer y el segundo cerebro y lo llaman cerebro emocional inconsciente; y
al tercero, lo denominan cerebro racional o consciente.
Pero que es exactamente la
inteligencia emocional, es el uso adecuado de las emociones, sirve para expresar
las emociones básicas y derivadas (emociones básicas: alegría, rabia, tristeza
y miedo) y nos permite una correcta interacción y una comunicación asertiva
hacia los demás, y la capacidad de autoconocimiento.
Las emociones se presentan a
un nivel cerebral que no se puede controlar, en el cerebro límbico la
información viaja muy rápido y ante una emoción se genera una reacción, esa
información viaja luego con una velocidad menor al cerebro neocórtex, donde se
puede razonar esa emoción, y en algunas ocasiones, la reacción es más rápida
que la respuesta racional. El desarrollo de la inteligencia emocional permite
reconocer las reacciones y controlarlas hasta que la información pueda ser
analizada racionalmente antes de tomar una acción o generar una respuesta.
Las emociones por sí mismo no
son ni buenas ni malas, solo son emociones, como se reaccione frente a ellas es lo que se podría definirse
como bueno o malo, y va a depender del desarrollo emocional que presente cada
persona.
Ahora que ya sabemos que es,
debemos empezar a desarrollarla. Muchas personas que tienen un carácter difícil
suelen dejarse llevar por sus emociones y en la mayoría de los casos suelen decir,
“yo soy así y no voy a poder cambiar, es mi forma de ser”, otras podrían pensar
que no cuentan con la capacidad para desarrollar su inteligencia emocional,
déjeme decirle que si en verdad alguien piensa así y no hace el intento, lo más
seguro es que no logre nada. Es como si una persona adulta que nunca aprendió a
leer o escribir, diga que no cuenta con la capacidad para aprender, si no lo
intenta es claro que nunca lo logrará.
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