domingo, 20 de noviembre de 2016

La Hora Peruana




Hace uno días celebre el cumpleaños de mi hijo, por lo que envié invitaciones a algunos amigos y familiares. El local se encontraba separado de 10 a 12, así que en la invitación coloque en donde dice hora, las 10 am.
Llegó el día de evento y recibí como 3 llamadas preguntándome si había puesto 10 de la mañana para que llegaran a las 10.30 u 11 de la mañana. Con tristeza me percate que al parecer muchas personas pensaron igual y es que pude observar que siendo las 10.30 solo habían 4 o 5 niños jugando.
De la misma manera  cuando se cita a reuniones con el equipo de trabajo, es común que yo sea el primero en llegar, a la hora pactada, y la gran mayoría llega luego de 10 o 15 minutos y a alguno otros los tienen que llamar para que participen.
Eso me dejo pensando en la hora peruana y la impuntualidad, y es que mi padre me enseño desde muy pequeño la importancia de la puntualidad y que esta demuestra respeto hacia los demás y forma el carácter al cumplirse lo que uno mismo establece.

Dice Yokoi Kenji en su conferencia “Mitos y Verdades entre Japón y Colombia”, que en Japón la puntualidad es parte de la disciplina, mas aun el japonés vive y crece con la convicción de que la disciplina tarde o temprano vencerá a la inteligencia. Y es así que para el japonés es muy valioso ser disciplinado, ya que si se cuenta con inteligencia sin disciplina, esa inteligencia no florecerá a su máxima expresión, pero si se cuenta con mucha disciplina aun sin tener gran inteligencia es como si se puliera un diamante.

Si el secreto del éxito está en este modelo que está probado y comprobado, porque es tan difícil de adoptar, porque nos gusta vivir en esa cultura de informalidad. Cambiemos progresivamente nuestros hábitos, iniciemos por la puntualidad por propio beneficio, seamos constantes y consecuentes con nuestros compromisos, y transmitamos esas actitudes hacia nuestros hijos que serán los que más se beneficiaran.