Hace mucho tiempo atrás en uno de
mis primeros trabajos como profesional, encontré una de muchas situaciones en
la que algunos de mis compañeros no se ponían de acuerdo, pero en esa
oportunidad en particular requería un poco de silencio en mi espacio para
lograr concentrarme, por lo que les sugerí muy gentilmente si podían discutir
en otro lugar, ambas personas se molestaron conmigo y me contestaron, “Ni que
estuviéramos peleando”.
Ya por ese entonces yo
consideraba que tenía claro los conceptos de discutir y pelear, pero quise
ponerlo a prueba entre mis compañeros para ver si estaba en lo correcto, es así
que en la hora de refrigerio aprovechaba cada oportunidad para presentar un
punto diferente en una conversación y ya que el tiempo siempre es corto cuando
una conversación es interesante, sugería
que lo discutiéramos mas tarde o a la salida, y muchas de esas veces la
respuesta era, “pero si yo no quiero pelear contigo”
Y es que se confunde muchas veces
los términos pelear y discutir, el ser humano por naturaleza es competitivo,
desde muy pequeño siempre quiere ganar y no le gusta perder, le gusta que se le
reconozca por encima de los demás y demostrar esa superioridad.
En una pelea no se llega a un
consenso, muchas veces hay un vencedor y un perdedor, aunque siempre terminan
mal ambas partes, se ve mucho en el congreso de la república, cuando un partido
presenta un argumento siempre encuentra oposición y muchas veces las propuestas
quedan congeladas.
En cambio en una discusión ambas
partes presentan sus diferentes puntos de vista y se llega a una conclusión
consensuada, se logra una idea común que sirve de base para poder lograr los
objetivos, generalmente se ve en reuniones de directorios o comités ejecutivos,
en donde se propone un objetivo y se presentan diferentes argumentos y
planteamientos que servirán para marcar el camino hacia ese objetivo.
En la vida de pareja también se
dan estas situaciones, inclusive en aquellas parejas en la que una de las
partes dice “se necesitan dos para pelear” y se va, déjeme decirle que esa
discusión queda sin conclusión y ya se considera pelea, en cambio si ambas
partes presentan sus argumentos y el objetivo es una sana convivencia, entonces
se debe ser consciente que deben llegar a acuerdos que permitan conseguir el
objetivo.
Finalmente considero que toda
discusión es sana, ya que permite descubrir nuevos planteamientos y adoptarlos
en la búsqueda del objetivo común, y las peleas son una pérdida de tiempo, ya
que no conducen a nada bueno ambas partes se ven afectadas, las diferencias no
se resuelven y en algunas ocasiones buscan establecer un ganador sin que esto signifique
obtener un crecimiento ya sea para el ganador o el perdedor.
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